Vive rápido, muere pronto y tendrás un cadáver bonito.Frase celebre que perduro en el tiempo y se incrustó en el inconsciente de muchos. Ian curtis no fue la excepción a la regla.
Melancólico y depresivo por elección. Experimentador de drogas por excelencia y adicto a los fármacos circunstancialmente, Y como si no perteneciera a la época, logro hacer visible su presencia.
Virtuoso y talentoso por demás, poeta innato de frenéticas y dolorosas canciones que marcaron tendencia dentro de la cotidianidad del momento.
Como ajeno a la realidad que lo acechaba, paso sus días intentando sacar a la luz sus desconsoladas y absorbentes melodías. Hizo lo imposible por llegar a la cima de la fama y lo logro. Pero no por mucho tiempo, pronto cayó. Su fugaz vida en la gloria solo duro tres años.
Aunque en su momento pocos lo supieron comprender. Hoy después de muerto todos recuerdan a Ian Curtis y su creación Joy division como una de las principales fuentes de copia e inspiración.
Desde la mesa esta servida le rindimos homenaje en “Vida fugaz. Legado inmortal”
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Hace 15 años
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