Jim Morrison

miércoles, 27 de mayo de 2009

En esta primera entrega recorreremos la vida y obra de Jim Morrison, leyenda del rock, poeta, cantante y excéntrico líder de la mítica banda The Doors.

Introducción

La muerte, propia o ajena, es el más básico de nuestros temores. Saber que un día moriremos es la única certeza que tenemos los vivos. Asumir esto, es reconocer la más rotunda y conflictiva de nuestras verdades, somos finitos. De hecho, lo único inevitable en nuestra condición de vivos es que tarde o temprano no lo estaremos.

En su accionar y siempre a su manera, la muerte pareciera ser socialista. Al fin y al cabo, más allá de los tiempos y las diferentes circunstancias, a todos nos llega por igual. Definitivamente la muerte no distingue, le llega tanto al déspota como al demócrata, al joven como al viejo, al bueno como al malo, al rico como al pobre, al sabio y al insensato, y porque no, al famoso, como al anónimo.

Muchos creen que son los vivos quienes escriben la historia, sin embargo de muertos es que están hechas las tradiciones y las leyendas. De póstumos legados es que se alimentan las líneas que describen a ídolos y a siniestros personajes del pasado. Personalidades que marcaron un antes y un después. …No se asusten! En este informe no trataremos filosóficamente esta cuestión existencial.

De este modo, los introducimos en el primer especial de varios informes en los que nos adentraremos en la vida, en la obra y también en la muerte de personajes del mundo de la música, que dejaron su legado intacto a pesar de sus prematuras muertes.

“Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver” son en parte, las palabras que gobernaron las vidas y las muertes de Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Kurt Cobain, Jim Morrison, Sid Vicious, Bob Marley, Elvis Presley, Ray Charles, Bon Scott o Brian Jones, entre otros grandes mitos de la música.

Si bien este conocido lema es desechable en sí mismo, pareciera estar instaurado inconscientemente en el pensamiento colectivo, como un requerimiento del éxito. Por más ridícula que pudiera sonar la célebre frase, hasta hoy, nadie podía demostrar que ser una estrella de la música fuera una profesión de riesgo. Sin embargo, lo que ya formaba parte de la sabiduría popular, se ha visto ratificado por un estudio científico: ser una estrella de la música aumenta las posibilidades de una muerte temprana.

La investigación, realizada por diferentes universidades británicas y recientemente publicada, indica que la mayoría de las estrellas de la música están expuestas a morir jóvenes, como fruto del descontrol y los excesos a los que someten a sus venerados cuerpos.

El estudio se realizó entre más de 1.000 músicos europeos y norteamericanos que alcanzaron la fama entre 1956 y 1999. Los resultados fueron contundentes: la presión de los fans y discográficas, las giras, el alcohol y las drogas duplican la probabilidad de muerte de los artistas, durante los primeros cinco años tras alcanzada la fama.

Hasta hoy sexo, droga y rock ´n roll fue una forma de vida envidiada y pretendida por la gente joven. El lema, utilizado para definir el éxito y la buena vida, se desmorona y parece indicar únicamente la fórmula de acortarla. Sin duda, tras conocer los resultados de este estudio científico, podríamos asegurar que: “ser una estrella de la música acorta la vida”.

Para matizar esta cuestión desde la historia misma, la Mesa Está Servida les ofrece un breve repaso de las biografías de póstumos personajes del mundo de la música, que dejaron su legado intacto a pesar de sus precoces muertes.

“ Vida fugaz. Legado imortal... ”- Grandes leyendas de la música. Su vida, su obra y también su muerte.

Fundamentos

Jóvenes prodigios, genios precoces, artistas en la historia, personas de corta edad que hacen simples cosas imposibles.

Al tiempo que se florecen a la vida resultan ser los dueños de esa circunstancia especial que los convierte en seres de grandes aptitudes, en grandes creadores. Son autores de obras de original desigualdad. Al ser fenómenos desde chicos tienen una perspectiva desequilibrante de la vida, comienzan a ser genios desde tempranas edades y dedican toda su vida, la cual casi nunca es larga, a desarrollar sus capacidades.
Pocos son los prodigios que tienen buenos recuerdos de su infancia, se sienten como monos de un circo, donde lo único que saben es ser los mejores.

Sin embargo muchos más son los genios que no tienen la posibilidad de morir de viejos. Es como si su reloj fuese más rápido que el del resto, como si su capacidad creadora creciera al mismo ritmo que su vida se quema. De cualquier modo algunos logran escapar al final rotundo o al mareo de la gloria, pero todos temen morir tapados por su propia sombra.